Las autoridades federales han detenido a ocho personas en relación con una operación masiva de contrabando que supuestamente utilizaba los puertos de Los Ángeles y Long Beach para introducir mercancías ilegales y falsificadas en Estados Unidos desde China.
Se estima que el plan, en el que participaban conductores de camiones, propietarios de almacenes y empresas de logística deshonestos, contrabandeaba mercancías por un valor de al menos 200 millones de dólares. El principal organizador, otro acusado, sigue en libertad y se cree que se encuentra en China.
Se acusa a los acusados de romper sellos aduaneros, contrabando y conspiración, entre otros delitos.