El 29 de enero de 2025, una colisión en pleno vuelo cerca del Aeropuerto Nacional Reagan se cobró la vida de 67 personas. Los investigadores recuperaron las cajas negras, que revelaron que la noche del accidente, un solo controlador de tráfico aéreo era responsable de gestionar tanto los helicópteros como los aviones, una disposición que la FAA consideró “no normal”. La gran carga de trabajo del controlador, agravada por la escasez de personal en el aeropuerto, puede haber jugado un papel en la tragedia. La FAA se ha enfrentado a desafíos constantes para cubrir puestos clave, lo que ha dado lugar a una falta de personal y a jornadas laborales prolongadas para los controladores.