Nacida hace 59 años en una choza de una habitación en la granja de su abuela en Carolina del Sur, Viola Davis creció en la pobreza, soportando hambre, duros inviernos y noches plagadas de ratas. A pesar de estas dificultades, encontró fuerza en la educación y la creatividad.
Su pasión por la actuación la llevó de los concursos de talentos de la infancia a Juilliard. A los 29 años, obtuvo su primera nominación al Tony, y más tarde recibió nominaciones al Oscar por Doubt (2008) y The Help (2011). En 2015, hizo historia como la primera mujer negra en ganar un Emmy a la mejor actriz principal, y en 2017, ganó un Oscar por Fences. Hoy, Davis lucha contra el hambre infantil, inspirando a otros con su historia de resiliencia y éxito.